El argumento
La Divina Comedia relata el viaje de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, guiado por el poeta romano Virgilio. El poema comienza con el encuentro de Virgilio con Dante, que se ha perdido en una selva y tropieza con bestias salvajes. Virgilio le confiesa al poeta que ha venido en nombre de Beatriz, una dama virtuosa, y lo conduce por un largo viaje de redención que comienza en el Averno.A la entrada de un pozo se halla Minos, una especie de juez. Dante tiene oportunidad de ver el ascenso del alma del poeta Estacio hacia el cielo después de haber sido purificado. En la sección del Paraíso Dante logra la máxima perfección espiritual: ve las procesiones simbólicas, los misterios de la fe como la Encarnación Divina, y en una nube de flores dispuesta por los ángeles logra ver a Beatriz (su redentora), que sube al carro de la Iglesia.
El tema central de la Comedia es el viaje que realiza Dante, a lo largo del cual encontrará su propia identidad. Pero, ya desde antiguo, el viaje representa la condición humana, de tal forma que no sólo se trataría de la adquisición de unas experiencias sino que además hay que buscar un simbolismo a cada una de las etapas, a cada uno de los pasos por los que transita el caminante: el Infierno comienza en la noche, equivalente de la desesperación; la llegada al Purgatorio se produce al alba, símbolo de la esperanza, mientras que la entrada en el Paraíso es a mediodía, como clara muestra de la salvación por la abundante luz que hay.
La estructura
La Comedia está dividida en tres partes (Infierno, Purgatorio y Paraíso), cada una de las cuales consta de 33 cantos, que con el canto que sirve de introducción suman un total de cien cantos.
Significación de la Divina Comedia
Son tres los ejes fundamentales de la Comedia desde el punto de vista filosófico: el cosmos, la razón y la fe, la predestinación y el libre albedrío.
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INFIERNO
Yo contesté: «Poeta, te requiero
por aquel Dios que tú no conociste,
para huir de éste o de otro mal más grande, 132
que me lleves allí donde me has dicho,
y pueda ver la puerta de San Pedro
y aquellos infelices de que me hablas.» 135
Entonces se echó a andar, y yo tras él.
PURGATORIO
«Alza ‑dije‑ maestro, la mirada:
hay aquí quien podrá darnos consejo,
si no puedes tenerlo por ti mismo.» 63
Entonces miró, y con el rostro sereno
me dijo: «Vamos pues, que vienen lentos;
y afirma la esperanza, dulce hijo.»
PARAÍSO
Faltan fuerzas a la alta fantasía;
mas ya mi voluntad y mi deseo
giraban como ruedas que impulsaba 144
Aquel que mueve el sol y las estrellas.