En el libro la muerte habla con todo tipo de personajes de la sociedad; ante esa situación una parte más privilegiada de la sociedad trata de excusarse o pedirle a la muerte que no se lo lleve a sus danzas. En su contra, una parte más humilde acepta que ha llegado su hora:
-Arcediano: Me prometiste la vida y me la vas a quitar. Siempre me mentiste, pues tampoco la esperaba. Ahora siento lo que hice, me porté mal.
-Muerte: Venid a mi muerte, que de alguna forma tú mismo me has llamado. Danzad abogado, dejad el digesto.
-Abogado: Mezquina y cruel muerte, ¿No me puedes liberar? Me ha cegado la muerte y sin lengua me muero, mas no puedo hablar.
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